ACÁ las encontrás también

¡Translate here! ¡Traducilo al idioma que quieras!

Almas alimentadas

martes, 13 de marzo de 2018

Qué cerca estamos





A veces pierdo la costumbre
aunque rápido la recupero,
después de largos senderos
incitando violencia,
buscando amargar mi esencia
de pensar que ya no puedo,
y que tampoco quiero
caminar los lugares de miseria.

En el viento me deslumbra
un pequeño recuerdo,
de los grandes que se fueron
y dejaron su mensaje,
importante coraje,
es, ante todo, una visita
que desde luego me invita
a conocer mi tierra salvaje.

Fuerte sector,
que de a pasos se ha creado
y también ha celebrado,
muchos fracasos y triunfos
(prohibido olvidar en el barullo
ni voy a desterrar de mi corazón,
latino por vocación
que siento caliente cuando escucho).

Sonará fuerte en el río
como siempre hemos deseado
recorriendo mares, océanos al lado
hablando fuerte en los augurios,
hasta llegar a un extranjero profundo,
seguro, ni más menos,
al otro lado de los charcos serenos,
que nadamos y nadamos,
esperando un reconocimiento vano
que no ha de servir nada,
no en tierras mojadas
casi llenas de odio e ignorancia
esperando a una esperanza
que nunca va a llegar,
porque quien busca la dicha,
tiene que por lo menos creer en ella,
y más allá de eso, soñarla,
para marcar el camino que tantos han unido,
y otros tantos han cubierto
llevando la pelea al cuento
siendo historia lo vivido.

Estaremos de fiesta,
cada día un poco más,
sin dudas, dará ha lugar,
y montaremos con cargos y objetividades
dando siempre buen rodaje
a nuestra propia pasión
desconociendo el perdón
de quienes han lastimado nuestros linajes.


jueves, 1 de marzo de 2018

Y vernos mirarla






La luna está sorprendida y va 
camino a una vaga desesperación,
a una depresión y desconsuelo
que no sé
si podrá superar,
que no sé
si sabrá lo que le está pasando,
que tampoco sé
si sentirá las cosas que sentimos.

Sigue brillando, por supuesto,
intensa como siempre,
nunca cabizbaja:
no sabe de egoísmo.
¿Sabrá de días y soles?,
¿del amor que le tenemos?
¿Sabrá de cuánto la pensamos y extrañamos cuando no sale?,
¿qué es la luna?
¿Sabrá hacer otra cosa a parte de enamorar y ver enamorados?,
¿perseguirnos sin intención?

Todo lo que no hacemos,
los suspiros y sus reflejos en las aguas,
deambulan en la corriente,
y no se los pueden llevar con ella,
como queriendo decirnos:
“Soy una parte de ustedes,
y ustedes, una parte de mí:
toquenmé, busquenmé; sueñen conmigo”.


miércoles, 7 de febrero de 2018

Siempre hay opciones





   Existen dos maneras de tranquilizarse o buscar parecida magia: una es el silencio, la otra es la música. En el silencio están los pensamientos que, cabe aclarar y leer con atención, no todos merecerán ser escuchados con gran atractivo, y, para cuando eso pase, hablo de esa leve confusión, daremos paso a ser partícipes de los efectos transformativos de la música. Cada quien podrá elegir qué genero escuchar y en qué circunstancia. A mí, por ejemplo, me hace buen efecto cuando estoy limpiando: a la hora de limpiar uno se enfrenta a lo que andaba necesitando. Volviendo al silencio, y aclaro nuevamente, a mí me giran canciones todo el tiempo, algunas engañan; cuando eso pase, nos pondremos a cantar así nos las iremos olvidando, más bien consumiendo. Es ahí cuando generamos la adrenalina suficiente para la motivación placentera. Entonces, uno se ve altamente asegurado de elegir estas dos opciones profundas, para después concluir mágicamente con una sonrisa durante el resto del día hasta el siguiente problema o traba. En el caso de no encontrar o no contar con las responsabilidades semejantes al planteamiento existencial momentáneo, supongamos, que estará uno atado a depender de cuestiones aún más existenciales, ya que lo no resuelto tiende a repetirse y cada vez con más fuerza. La cuestión es que siempre hay opciones, lo demás es excusa o haraganeo, como quieras llamarle y posarlo en tu presente.

   Y puede haber una tercera, siendo ella la lectura. No voy a decir muchas cosas sobre semejante acto mágico. Me está pareciendo en este momento que, uno al final lee, para decirle a la muerte que vaya a buscar a otro, que todavía no desciframos de qué trata todo esto aunque nos lo estén enseñando de chicos.

   Después de todo eso. Hay que saber llorar para apagar el fuego (o los que sean). No es cosa fácil la acción, es más para valientes, para quienes van aprendiendo a pedir perdón y perdonar, y no se quedan en un molde (vaya uno a saber si de ese molde salen cosas lindas). Dios quiera y las provoque, para terminar siendo un movimiento capaz a la hora de situarse con tal aceptación progresista.



martes, 2 de enero de 2018

Si vas a exigir, que sea a vos mismo.





   …lo confirmo, hoy, un día después de mis conclusiones y mis dudas y mis miedos y mis traumas y mis recuerdos y mis todas esas cosas que hacen daño y no se curan con amor. Puede decir referirme a mí mismo que el amor puede con todo, y de tanto que uno da puede romper más las cosas aún. No se puede descifrar, para eso hacemos el amor, para encontrar respuestas. Ya tengo varias, y debería estar orgulloso de pensar como pienso, nunca me ha llevado a nada importante ni escaso, siempre se ha mantenido una brecha incisiva, masiva, curiosa y persistente. El amor sin dudas no es para cualquiera, aunque vive para todos, pero los cualquiera no se bancan el lastre, menos todavía cuando no admiten sus errores ni se tragan su orgullo que va desprendiendo todo a su paso, conjugando con la falacia, dejando caídas las chances y toda la sinceridad que debe mantener uno en contacto consigo mismo, para llegar y llevar toda las evidencias necesarias que pretende el amor de nosotros. (No se puede exigir.) (No se debe.) No se puede tirar todo al viento: tiene efecto bumerán, y pega más fuerte, multiplicando la velocidad con la que fue enviada a esa incertidumbre.

   Para algunos nunca alcanza, nada suma; pero quién cree así, no se da cuenta, por lo menos en un corto plazo, que se está echando a la deriva, consciente o inconsciente, no importa: toda el agua va hacia el mar. Todo lo que hacemos nos pesa solo a nosotros.

   Mis ganas están intactas tanto como las de escribir. Ya busqué, ya lloré y así y todo me engañaron. Ahora resta creerle al viento que yo le tiré todas estas buenas vibras, vuelvan en paz y con mucho cariño. Soy sensible, pero eso no significa que deba uno ceder constantemente. La funcionalidad de las cosas dicen mucho, más vale sepas respetarlas.


lunes, 11 de diciembre de 2017

Da pánico estar vulnerable...




   Un día se te aclaran todas las ideas, los miedos casi ni pesan (los sentís lejanos), ves que tus creencias más personales toman curso y esa paz buscada hace tanto tiempo está con vos presente y quizá nunca se fué, y ella fue quien estuvo agarrandoté de alumno y quien sufrió también con vos la transformación que venías soñando en las noches y encontrabas lejana en los días malos (como si fuese una persona la paz). Superar cosas no es tarea fácil y tampoco se enseña en ninguna facultad; se aprende caminando, en la calle, transpirando dolor y solo dolor, aguantando la sed, el hambre, el insomnio y todo ese menjunje que no nos deja vivir tranquilos y solo la música nos alivia. Qué palabra vieja y jodida, ¿no? Ahora es tiempo de disfrutar, sin engañarse por unos ratos que somos miseria y jamás la podremos dejar (va a volver, pero vamos a estar más fuerte).

   Alejarme de todas las personas que quiero me ha enseñado muchísimo, me vi más sensible de lo que era, me vi más histérico, más miedoso; tuve que emprender viajes a lugares desconocidos e investigar el miedito a la vuelta de noche, cansado y solo. Y esto es muy importante. Aprender a andar solo, sin pensar que tenés a alguien para cobijarte al volver, y extrañar, y extrañar horrores, y seguir, tratando de enfocar las metas, las ilusiones; pero sobre todo creyendo, loco, qué lindo es creer que las cosas se pueden dar y qué lindo es hacerse la película con que lo soñado pasará y el miedo se irá, y la garganta ya no se cerrará más porque tendrá ganas de gritar y contarle a todos lo que venís arrastrando y siente tu corazón.

   Sin querer me puse a prueba y lo sufrí; lo acepto: ahora es sinónimo de crecer, en sinónimo de grandeza, de oportunidad. Y amar es antónimo de peleas y dejar las cosas tiradas sin solución. Y seguro cambie de parecer más adelante, cuando más miedos me arrasen y descubra aún mucho más amor y valentía, o no. Entonces venga, me siente a escribir y diga: por acá era la cosa.